No conozco cuáles han sido los hechos que te han llevado a pensar que tu hijo es vago, probablemente lo has visto despistado cuando estudia o hace los deberes, que pierde tiempo en otras actividades, que le cuesta sentarse a estudiar… De lo que sí estoy segura es que etiquetar a tu hijo como vago no le ayuda a cambiar esta situación.
Quiero desvelarte un secreto.
Tendemos a pensar que son la misma cosa, pero en realidad atención y concentración son dos conceptos que aunque en ocasiones se utilicen como sinónimos, describen situaciones muy diferentes. Es importante que entiendas bien la diferencia entre estos dos conceptos para saber cómo intervenir cuando te encuentres ante una de las dos situaciones y borrar de tu vocabulario la palabra vago.
La persona que tiene una atención limitada no suele atender a prácticamente nada, sin embargo, una persona que tiende a distraerse presta atención a todo simultáneamente. Si tu hijo es disléxico no tiene problemas con su capacidad de atención sino con su capacidad de concentración, es decir, que presta atención a demasiadas cosas a la vez y como consecuencia no consigue llevar a término ninguna tarea. Recuerda que una de las características del cerebro de tu hijo es que tiene la parte creativa muy activa.
Así pues, en clase cuando el profesor explica algo, la mirada de tu hijo se va fácilmente a cualquier otro lado porque, a sus ojos, todo parece muy interesante. Ten en cuenta que el cerebro de tu hijo “piensa” con imágenes a una velocidad superior a la de las palabras, por lo que escuchar al profesor en clase se convierte para él en un gran reto. Para poder lograrlo tiene que ralentizar muchísimo sus reflexiones hasta que se vuelve insoportable. Por ejemplo, imagínate que estás conduciendo por el medio de una ciudad y hay coches que avanzan muy lentamente, vas en primera y aun así tienes que frenar. Intentas mantener la primera pero llega un punto en el que la cola va tan lenta que tienes que poner punto muerto porque de lo contrario el coche se cala.
Es importante que entiendas la diferencia entre capacidad de atención y capacidad de concentración porque de esta manera podrás entender cómo ayudar a tu hijo a reducir su tendencia a distraerse.
Es más fácil de lo que piensas, solo hace falta aprender a concentrarse y lo bueno es que existen muchísimas técnicas que pueden ayudarte a conseguirlo y que puedes encontrar en Google y en Youtube. En mi libro describo de todas aquellas técnicas que tanto a mi como a las personas que he seguido durante mi trayectoria han sido de mayor utilidad y dado más resultados. En los próximos post escribiré mi favorita.